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Diptongos y el triángulo vocálico

Escribo poco, ya, pero os dejo una imagen chula. Estoy estudiando diptongos y al analizar su pronunciación extraigo los vectores que van de una vocal a otra de acuerdo con las transiciones de los dos primeros formantes. Mirad la imagen:

Una visión semiartística de los diptongos

¿Lo veis? El triángulo vocálico tiene todo el sentido del mundo :-) El vértice superior es la [a], el inferior derecho la [i] y el inferior izquierdo la [u]. Entre la [a] y la [i] está la [e], y entre la [a] y la [u] está la [o] (todo aproximadamente y de forma canónica, claro).

 

 
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Publicado por en 23 agosto, 2012 en Sin categoría

 

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Kyrie Eleison (cord style)

Hoy en clase nos han puesto un vídeo muy chulo. Esta vez no voy a dar una larga charla sobre temas articulatorios ni os voy a contar demasiada cosa. Simplemente, fijaos. Mirad. Esta es una forma maravillosa de ver la voz. Disfrutad :)

 
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Publicado por en 21 May, 2012 en Sin categoría

 

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May the ? be with you

El cuatro de mayo se celebró el día de Star Wars. ¿Por qué? Pues la razón, amigos míos, es fonética, y me viene genial para explicar lo que es un par mínimo.

Como muchos sabréis, una de las frases que el imaginario de Star Wars nos ha dejado es la célebre «que la fuerza esté contigo», traducción de «may the force be with you». Este es uno de los datos importantes, así que vamos a ejemplificarlo gráficamente.

El segundo de los datos importantes es la forma que los angloparlantes tienen de decir fechas. Su formato no es un calco de nuestro «cuatro de mayo», sino que se parecería más bien a «mayo el cuarto». Sí, y en inglés esto es… «May the fourth». ¿Vais viendo por dónde van los tiros? Efectivamente, «may the force» y «may the fourth» se parecen un montón si los pronunciamos. De hecho, se parecen tanto tanto que solo se diferencian en un sonido. La transcripción fonética de «force» es [fɔrs] y la de «fourth» es [fɔrθ]. ¿Veis? Se diferencian en un solo sonido, el final, que en un caso es [s] (una alveolar fricativa sorda) y en el otro es [θ] (una interdental fricativa sorda). Para más inri, los dos sonidos se parecen en sonoridad (sordas) y en modo de articulación (fricativas), solo se diferencian en el punto de articulación (la primera alveolar, justo detrás de los dientes, y la otra interdental). Esto es lo que se llama «par mínimo», dos palabras que son exactamente iguales salvo por un sonido.

En fonética los pares mínimos nos sirven para estudiar el comportamiento de diferentes sonidos en un mismo contexto. Además, son parte del proceso de definición de fonemas, porque dos alófonos (es decir, dos sonidos) que no aparecen nunca en la misma posición y comparten cierto número de rasgos, son parte de un mismo fonema. Podéis leer más al respecto en «Los Superman de la fonética«.

Los pares mínimos no tienen por qué ser dos. Por ejemplo, «cama», «cana» y «caña» forman pares mínimos (con «capa», «cata», «casa», «cara», «cala», «cada», «calla», «caza», «carra», «cacha»… en fin, ya veis). Todas estas palabras son pares mínimos entre sí, y nos sirven para distinguir fonemas (el sonido que se diferencia de cada una de estas palabras es un fonema en español… a grandes rasgos).

No quiero terminar sin mencionar, ya de paso, los pares contrastivos, que son los primos pequeños de los pares mínimos. A veces ocurre que no encontramos palabras que formen par mínimo con los fonemas que nos interesan (aunque los fonetistas no tenemos mucho problema en inventarnos palabrejas para torturar a nuestros sujetos de estudio… se llaman logatomos, y ya hablaremos de ellos más adelante). En ese caso se usan pares contrastivos, que son palabras que se diferencian en el sonido que queremos y en otros tantos, pero se considera que esos otros sonidos diferentes no van a afectar en modo alguno al sonido que estamos estudianto. Por jemplo, «manejable» y «maleable». Si estamos estudiante la [n] frente a la [l], en estas dos palabras es posible que la consinante velar «j» ([x]) afecte a la vocal [e], pero es muy poco probable que afecte a las consonantes en estudio: nos valdría para estudiarlo.

May the [fɔrs]/[fɔrθ] be with you all :)

 
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Publicado por en 6 May, 2012 en Sin categoría

 

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Touch y la voz humana

En el último episodio de Touch, la nueva serie de Kiefer Sutherland (muy, muy recomendable, por lo demás), el pequeño Jake hace una reflexión interesante sobre la voz humana. Como bien me sugirieron, el párrafo por sí mismo es un buen post para este blog, así que aquí os lo dejo con su traducción. Ambos textos han sido transcritos por mí, así que es muy posible que haya errores de comprensión o de traducción… Pido perdón por ello. Y ved la serie, que es muy buena.

The human voice

Despite of all our communication technology, no invention is as effective as the sound of the human voice.

When we hear the human voice, we instinctively want to listen, in hopes to understand it. Even when the speaker’s searching for the right words to say. Even when all we hear is yelling, or crying, or singing.

That’s because the human voice resonates differently from anything else in the world. That’s why we can hear singers voice over the sound of a full orchestra. We will always hear that singer, no matter what else surrounds it.

La voz humana

A pesar de cualquier tecnología de la comunicación, ningún invento es tan efectivo como el sonido de la voz humana.

Cuando oímos la voz humana, instintivamente queremos escuchar, esperando entenderla. Incluso cuando el locutor busca las palabras correctas. Incluso cuando todo lo que oímos son gritos, o llantos, o cantos.

Esto es porque la voz humana resuena de forma distinta a cualquier otra cosa en el mundo. Por eso podemos escuchar a los cantantes por encima del sonido de una orquesta completa. Siempre escucharemos al cantante, sin importar lo que le rodee.

 
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Publicado por en 10 abril, 2012 en Sin categoría

 

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PTP: Pequeños trucos de Praat (1)

Hoy en clase hemos estado analizando unos casos de habla dubitada e indubitada. Conocíamos la identidad de uno de los locutores y teníamos que decidir si la voz desconocida era el mismo hablante o no. La profesora nos ha pasado unos archivos de audio de voz grabada por teléfono. ¿Qué ocurre? Que cuando la voz se emite por teléfono, la banda de frecuencias se corta para ahorrar información (y que así la señal «pese» menos):

Espectrograma de voz normal

Espectrograma con frecuencias altas eliminadas

Por eso la voz telefónica se oye rara. Uno de los parámetros que hemos analizado han sido los formantes de las vocales, en especial la altura del tercer formante, ya que este es un valor que no controlamos voluntariamente y que, por tanto, no es modificable por el locutor. Praat tiene un sistema que permite identificar formantes de forma automática con relativa facilidad:

Muestra de la detección de formantes automática de Praat

La línea roja de puntos me marca el centro del formante en cuestión. Desde Formant/Formant settings puedo seleccionar algunos parámetros, a saber:

Maximum formant: Altura del máximo formante que quiero identificar (en herzios)

Number of formants: Número de formantes que quiero que aparezcan en el rango de frecuencias que he delimitado

EDITO: Mala imagen la que acabo de coger. ¿Por qué? Porque no ha cogido bien el tercer formante. ¿Veis? Hay que tener un cuidado y un ojo…

Lo demás es algo un poco más avanzado, así que si eres novato, no toques nada. El caso es que el tercer formante suele tener una altura de unos 2500 en el caso de vocales posteriores, algo más en el caso de las anteriores. El tema es que hay que configurar bien este apartado, porque podemos dejar de tener una fila de hormiguitas (que es lo ideal) a tener un circo de pulgas (donde no se sepa dónde hay nada).

No intentes buscar 9 formantes en 3000 Hz...

El consejo, por tanto, es que si queréis ver solo 3 formantes, configuréis el Maximum Formant a 3000 y solo 3 en Number of formants. Esto, aún así, conlleva muchos problemas con las vocales posteriores ([o], [u]), porque tienen sus dos primeros formantes muy juntitos y muy abajo, lo que hace que Praat pueda identificar ambos como uno solo y después sacarse un formante de la manga. Ahí ya depende de vosotros y de lo que queráis encontrar, habrá que ir probando configuraciones (solo 2 formantes a 1500 Hz como máximo, por ejemplo).

Bien, una vez dicho esto, llega el #yoconfieso: cada vez me gusta menos hacer análisis formántico con Praat. Es un método tremendamente subjetivo. Según cómo configures el detector automático de formantes, los resultados van a ser unos u otros, así que los ajustas para que den lo que tú quieres, y listos. No es tan así, vale, pero la cosa va por ahí… Hay que tener mucho cuidado. No digo que no hagáis análisis de formantes con Praat, pero si lo hacéis, dejad SIEMPRE muy clarito qué parámetros estáis usando, porque no es lo mismo hablar del primer formante de una [e] cuando le pido que me detecte 5 formantes hasta 5000 Hz que hablar del primer formante de una [e] cuando le pido que me detecto 2 formantes hasta 1000 Hz. No hagáis trampa y jugad siempre con los mismos parámetros, Y si tenéis que cambiarlos (para salvar el ruido de fondo, para afinar más en un formante en concreto, lo que sea), decidlo siempre, justificadlo mucho y preparaos, porque alguien habrá que os diga que eso no se hace así.

En definitiva: el ojo del especialista debería ser la primera herramienta que uséis. Praat nos va a dar un espectrograma por lo demás muy fiable en el que nosotros tenemos que mirar con toda la atención que podamos antes de llevar a cabo ningún tipo de cálculo automático. Que luego se oye en congresos, como me decía hoy una profesora, que «el primer formante de la [u] está a 2500 Hz»…

 
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Publicado por en 29 marzo, 2012 en Sin categoría

 

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Hice un posgrado

Se habla mucho de la educación en este país. Se habla mucho de lo mala que es la educación en este país, concretamente. Parece que nadie lo oye, pero todos hablamos de ello con preocupación, con un nudo en la garganta. Los jóvenes estamos angustiados pensando en nuestro futuro. ¿Qué haremos el día de mañana? ¿Tendremos que irnos de aquí? Parece que estamos abocados a ello. No solo porque no encontramos trabajo, porque no haya nadie que quiera contratarnos (bueno, sabéis que yo he tenido suerte en ese sentido… pero entendéis el sentimiento general), sino porque no nos sentimos suficientemente preparados.

Terminé mi carrera (filología hispánica) en 2010. Yo tenía muy claro lo que quería hacer después, pero mis compañeros nadaban en un mar de dudas. Unos hicieron un título propio, otros optaron por el máster de educación, algunos se metieron a otros másters… No os engaño si os digo que ni uno solo de ellos me ha hablado bien de su curso con la boca abierta y con la voz tranquila. Ni uno. Pero mi caso es el contrario.

Yo hice un posgrado. Desde primero de carrera he tenido claro que lo mío era la fonética… ya ves, el chico raro de clase. Pero qué queréis que os diga, me lo paso bien con los sonidos, con los análisis, con valores, números, estadísticas… Le tengo mucho cariño a la fonética, no es simplemente «el mal menor», como algunos de mis compañeros eligieron. ¿Vocacional? No sé, de pequeño me daban miedo los ruidos fuertes. El caso es que le tengo mucho cariño. Por eso elegí hacer el posgrado en estudios fónicos del CSIC, porque es de lo único que se ofrece al respecto en este país. No me atrevo a decir «lo único» porque no lo conozco todo… Pero en fin, que yo sepa, no hay nada más que trate la fonética.

Y vaya posgrado. No he dejado de tener contacto con mis compañeros de carrera (con algunos), y yo mismo me he sorprendido cuando, conversando con ellos sobre nuestro presente, he encontrado que mis comentarios eran muy diferentes a los suyos. La mayoría se quejaban de un mal plan de estudios, de una relativa dejadez por parte de los profesores, de una incompleta inatención por parte del personal de dirección. Y en mi caso todo ha sido justo lo contrario.

Salvando algunas excepciones que siempre tiene que haber, el profesorado del posgrado en estudios fónicos del CSIC y la UIMP es un personal completamente dedicado a su labor, tan enamorado de lo que enseñan como los que estábamos sentados en las mesas escuchando atentos. Más de uno (y más de dos) han declarado su envidia hacia nosotros: los mejores especialistas de cada campo exprimiendo sus conocimientos para nosotros, que bebíamos con ganas de ese manantial. Y del equipo directivo… No sé, no puedo tener mejores elogios. Hacia los responsables de cada módulo: Joaquim Llisterri en Tecnologías del Habla, María Jesús Machuca en fonética judicial, Carolina Pérez en norma y patologías del habla y María José Albalá para adquisición del componente fónico. De los responsables de laboratorio, Helena Alves, Rocío Peña. De Jorge Rico, por supuesto, al frente de la web (con Helena Alves de nuevo). De Patricia y Eugenia, las doctorandas del posgrado, siempre dispuestas a ayudar en lo que fuera.

Pero si alguien merece una mención especial es la directora, Juana Gil. Una sonrisa constante por los pasillos, un empujón cuando el trabajo es mucho. Incansable, infatigable, siempre detrás de nosotros, siempre con ayuda, siempre preocupada, siempre con ilusión. No quiero que ningún profesor se lo tome a mal, pero creo que no he tenido un referente docente similar jamás. Y hay profesores a los que quiero mucho, profesores a los que estimo y aprecio de una manera muy especial. Pero Juana… en fin. Quien la conozca sé que me dará la razón.

Así que sí, yo hice un posgrado y fue un posgrado alucinante. Tan provechoso que repito, y este año estudiaré otra especialidad con ellos. Y quiero volver al principio: en este país la educación está fatal. Porque si este máster es tan bueno y tan alucinante es gracias a todas las personas que he mencionado más arriba, y no precisamente a lo que este país les ha dado. Pero se puede, amigos, ese es el mensaje que quiero dar. Se puede hacer un gran posgrado si hay gente dedicada, y al final es lo que siempre he defendido. Que hay políticos y mandamases que jamás se han puesto en una pizarra empeñados en imponer doctrinas que ellos mismos no comprenden. Pero en primera línea de fuego, en una clase, solo hay dos factores importantes: el profesor y los alumnos. Si el profesor quiere enseñar y los alumnos quieren aprender… en fin. Da igual lo que manden desde arriba. Habrá educación.

 
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Publicado por en 20 febrero, 2012 en Sin categoría

 

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Preguntas desde el café mañanero

El otro día, un compañero de trabajo me dejó flipado. Me dijo «mira Rubén, a ti que te gusta esto de los soniditos» mientras removía su café con una cucharilla. Después de darle unas cuantas vueltas (al café), empezó a golpear la base de la taza con la cucharita, y para mi sorpresa, según el líquido iba deteniendo su rotación, el sonido se iba haciendo más agudo. ¡Alucinante!

Así que me picó la curiosidad, y decidí hacer un pequeño experimento. Pero necesito ayuda para comprender por qué pasa esto, a ver si alguien me puede ayudar… Vamos a ver. Lo primero que hice fue coger un vaso de leche fría y hacer lo mismo que hizo mi compañero. Este fue el resultado:

Como veis, no varía demasiado el sonido que hace la cucharilla al golpear el fondo de la taza. El segundo paso fue calentar la leche, a ver si el tema de la modificación del sonido tenía algo que ver con la temperatura del líquido. Esto fue lo que pasó:

Lo mismo. Así que la primera conclusión parece ser que la temperatura del líquido no tiene nada que ver con la variación de tono al golpear el fondo de la taza con un metal. Por último, llegamos a la magia… Le añadí café. Por si alguien lo quiere saber, la leche es semidesnatada marca Hacendado y el café es un Volluto largo de Nespresso. ¡Mirad!

¿Lo habéis escuchado? El tono va subiendo según el café va deteniéndose. ¿Qué diablos está pasando? Me parece que necesitaríamos a algún físico en la sala, porque me da que tiene que ver con temas de disoluciones y demás… Hoy me voy a hacer un Colacao calentito, a ver si también hace ese ruido. Pero es por la ciencia, ¿eh?

 
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Publicado por en 18 enero, 2012 en Sin categoría

 

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FoneticApps (1): VowelSynth

FoneticApps (1): VowelSynth

La tecnología es alucinante, y cada vez nos ayuda más no solo en nuestra vida diaria, sino en la profesional de una forma que no esperábamos. He notado que son muchas las aplicaciones que existen en el mercado de los Smartphones relacionadas con la fonética, así que creo que puede ser interesante hacer una pequeña revisión de alguna de ellas.

Hoy voy a hablaros de una App que mencionó Joaquim Llisterri hace unos días para iOS: Vowel Synth

La palabra para definir esta aplicación es una: simple. Que no sencilla, ojo. Como su nombre indica, es un sintetizador de vocales por formantes. La pantalla de presentación lo dice todo:

Al pulsar en cualquier parte de la imagen tendremos el sonido sintetizado de la vocal correspondiente. He añadido al lado la misma imagen pero con el trapecio vocálico dilimitado, para ver más claramente la ubicación de los sonidos en rojo. En verde está el que sería el triángulo vocálico del español (siempre aproximadamente, ya sabéis). Esta primera parte no tiene mucho más. Un círculo blanco te va orientando sobre el sonido pulsado:

Interesante: en la línea de abajo podemos ver los valores de F0 (que se define en Settings), F1 y F2 para controlar mejor lo que vamos haciendo. En la imagen de aquí arriba vemos una [ɑ] con sus F1 y F2 en 806 y 1294 hz respectivamente. Lo más interesante de la aplicación está en la pestañita de Settings:

Desde aquí podemos controlar algunas cosas. En la parte de arriba podemos elegir si queremos que el sonido sea de pulsos, o un sonid menos puro. También podemos elegir la frecuencia fundamental de nuestro sonido entre 60 Hz y 240 Hz (rango aceptable) y modificar el F3, que tiene algo que ver con el tema del redondeamiento de las vocales. También podemos controlar el ruido que queremos incluir en el sonido… Pero no termino de ver que esta opción funcione del todo bien. En cuanto al botón de «tilt», que lo que hace es generar un sonido tembloroso, creo que tiene algún problema, y es que con él activado no me deja modificar la frecuencia fundamental, y generalmente se me queda en 54 Hz. Estaría bien poder trabajar con el tilt activado y un F0 más normalito, como de 100 Hz más o menos. Si no, parecen cantos australianos tribales…

Buena aplicación para lo que es, pero hace poquita cosa. Me gustaría pensar que es una prueba para algo mejor más adelante, algo más completo o con más opciones (por ejemplo, poder grabar y exportar el sonido para analizarlo, como poco). No tiene mucho más, pero es interesante ir conociendo las cositas que se pueden hacer para saber hasta dónde podemos llegar. ¡Más revisiones dentro de poco!

 
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Publicado por en 13 diciembre, 2011 en Sin categoría

 

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Palabras de dudosa pronunciación

Desde luego, cuando hablamos de modificar la voz hay que tener mucho cuidado. Más aún, hay que tener mucho cuidado cuando no sabemos lo que estamos haciendo. Con frecuencia ocurre que dejamos determinadas tareas en manos de gente que, en principio, no tiene demasiado que decir al respecto.

En EEUU se ha desatado la polémica por culpa de una muñeca que parece decir «Crazy Bitch» (literalmente, «puta loca»). Y vaya, mi opinión personal es que eso lo oye quien lo quiere oír, pero lo cierto es que una vez condicionada la percepción, se va escuchando cada vez más claro. Este es el vídeo:

Lo que decía es que si vas a hacer una muñeca que pretenda hablar como un bebé, consultes a un experto en la materia que te diga cómo hablan los bebés. Quizá si los programadores* hubieran sabido que el sonido palatal de la palabra «bitch» no es de los primeros que dice un bebé, hubieran sabido que cualquier padre con un bebé de entre 1 y 2 años se extrañaría de escuchar en una muñeca un sonido que su hijo no hace. O no, no lo sé… Como siempre, puede que todo sea márketing navideño. Ahora la muñeca quedará olvidada para los niños pequeños, pero se pondrá de moda entre los adolescentes molones (la muñeca «Crazy Bitch», ¿quién no ha soñado con eso cuando tenía 13 años?). Muchas veces, repito, oímos lo que queremos oír, y vemos lo que queremos ver.

Esto me recuerda al asunto que hubo con el doblaje de la película de Disney Hercules, cuando en una escena de arrebato groupie a una rubia parece escuchársele un «quiero follarte» o similar. Puede ser que diga «voy a desmayarme», pero lo dicerto es que Disney no lo ha desmentido nunca. ¿Conocéis algún caso más?

*Y cuando digo el programador digo los actores que lo han doblado, dependiendo de si hablamos de voz sintética o no.

 
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Publicado por en 30 noviembre, 2011 en Sin categoría

 

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Cuando la vista te tapa el oído

Hace poco, como ya comentamos, organizamos un taller de fonética para la Semana de la Ciencia en el Molino de Ideas. La verdad es que nos lo pasamos muy bien, aprendimos cosas muy interesantes (todos, yo también) y salieron ideas y esperanzas para futuros encuentros que, espero, se lleven a cabo a la mayor brevedad. Por pedir que no quede, ya sabéis.

Aunque, como ya digo, el taller en general gustó mucho, noté que la parte final, dedicada muy brevemente a la percepción de la voz, atrajo especialmente el interés de muchos. En esta parte, una vez tuvimos definida la producción de la voz y su transmisión, quise que la gente se diera cuenta de que una parte muy importante del sonido es la percepción, es decir, la forma en que el mensaje llega al receptor. Porque sí, a veces lo que queremos decir no llega tal cual al receptor… y tenemos que agudizar mucho los sentidos.

Sí, los sentidos, en plural, porque hay ocasiones en que la vista se interpone en el lugar del oído. Es lo que se conoce como efecto McGurk, en honor a su descubridor, y su premisa es simple: si vemos la articulación de un sonido en la boca del emisor, aunque superpongamos otro sonido, la percepción tenderá más hacia lo que vemos que hacia lo que escuchamos. Dicho pronto y mal, vaya.

Os dejo con el vídeo que puse en el taller, que lo explica muy bien y se ve muy clarito, pero creo que sería muy, muy interesante realizar algún estudio sobre el efecto McGurk en español. Los resultados pueden ser muy curiosos, ¿no creéis? ¡Atentos!

PD: Estoy preparando algo gordo. Ya veréis, ya… :)

 
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Publicado por en 28 noviembre, 2011 en Sin categoría

 

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